4 de marzo 2024

La secuencia de Fibonacci es uno de los descubrimientos matemáticos más famosos y sorprendentes y sigue inspirando a científicos, ingenieros, artistas e investigadores de todo el mundo. Muestra la profunda conexión entre las matemáticas y los procesos naturales, culturales y tecnológicos. Este concepto universal sirve como un claro ejemplo de cómo las ideas matemáticas abstractas pueden encontrar aplicación práctica en diversos campos de la actividad humana, afirmando la idea de la interconexión de todos los fenómenos del mundo. La secuencia de Fibonacci se utiliza activamente, incluso en las operaciones en los mercados financieros. En la plataforma MetaTrader 4 (MT4), entre las herramientas gráficas integradas, se puede encontrar la opción Dibujar retroceso de Fibonacci. Al usarlo, un comerciante puede identificar posibles niveles de soporte y resistencia y calcular posibles puntos de reversión de precios. Entonces, ¿quién fue este genio matemático y qué implica su secuencia?

Leonardo Pisano

Leonardo de Pisa, más conocido como Fibonacci, nació alrededor de 1170 en Pisa (una ciudad-estado, hoy parte de Italia). El propio Leonardo nunca se llamó a sí mismo "Fibonacci". La primera mención conocida de "Leonardo Fibonacci" aparece en los registros de Perizolo da Pisa, un notario del Sacro Imperio Romano, del año 1506. La palabra Fibonacci es una contracción de dos palabras, "filius Bonacci", que apareció en la portada del "Libro de Ábaco", y posiblemente significaba "hijo de Bonacci". Según otra teoría, "Bonacci" podría interpretarse como un apodo que significa "afortunado". El matemático solía firmarse como "Bonacci", aunque a veces también utilizaba el nombre de "Leonardo Bigollo" (la palabra "bigollo" en el dialecto toscano significaba "vagabundo" además de "holgazán").

Al crecer en una familia de comerciantes, Leonardo conoció el comercio y los aspectos prácticos de las matemáticas desde una edad temprana, lo que dio forma significativa a sus intereses y logros científicos. Su padre viajaba con frecuencia a Argelia por asuntos comerciales, donde Leonardo estudió matemáticas con profesores árabes. Más tarde, Fibonacci visitó Egipto, Siria y Bizancio, familiarizándose con los trabajos de matemáticos antiguos e indios traducidos al árabe. Basándose en este conocimiento, Fibonacci escribió varios tratados matemáticos, el más significativo de los cuales, el "Libro del Ábaco" (en latín: Liber abaci), se publicó por primera vez en 1202, seguido de una edición revisada en 1228.

Este libro estuvo dedicado a la exposición y promoción de la aritmética decimal y sentó las bases para la difusión de los números indoárabes, incluido el concepto de cero. En este trabajo, Fibonacci exploró el potencial de estos números, previamente incomprendidos, que cambiaron radicalmente las matemáticas europeas. Es importante destacar que el "Libro de Ábaco" fue escrito en un lenguaje sencillo, mucho más claro que sus prototipos antiguos e islámicos. Los problemas prácticos que presentaba, dirigidos principalmente a los comerciantes, facilitaron su fama y popularidad.

Niveles de Fibonacci: uniendo la naturaleza y el comercio financiero1

El problema de la reproducción del conejo

La contribución más reconocida de Fibonacci a las matemáticas proviene de los números que llevan su nombre. El problema de la reproducción de los conejos, descrito en el "Libro del Ábaco", sirve como un ejemplo clásico que condujo a la formulación de la famosa secuencia. Este problema se propuso para ilustrar el principio del crecimiento de la población de conejos. Se expresa de la siguiente manera: supongamos que hay una pareja de conejos recién nacidos, un macho y una hembra. Los conejos comienzan a reproducirse al cumplir el mes de edad. Al final de cada mes, cada pareja adulta produce una nueva pareja de conejos (un macho y una hembra). Suponiendo que los conejos no mueren y continúan reproduciéndose según estas reglas, ¿cuántas parejas de conejos habrá en un año?

La esencia de la solución del problema radica en el hecho de que el número de parejas de conejos en cada mes posterior es igual a la suma del número de parejas del mes anterior y el número de parejas que nacieron en el mes anterior. Esto se debe a que cada pareja de adultos aporta una pareja más al recuento total. Por tanto, la secuencia tiene el siguiente aspecto: (0), 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1597, etc. donde cada número es la suma de los dos números anteriores. Esta secuencia se conoce como secuencia de Fibonacci.

La conexión con la proporción áurea

La secuencia de Fibonacci no sólo demuestra un modelo matemático de crecimiento demográfico sino que también muestra la interacción entre las matemáticas y las leyes naturales, vinculándola estrechamente con la proporción áurea.

Los orígenes de la Proporción Áurea se remontan a lo más profundo de la historia. Algunos estudios sugieren que los antiguos egipcios podrían haber sido conscientes de ello, particularmente en la construcción de las pirámides, aunque la evidencia puede interpretarse de varias maneras. La primera exposición sistemática conocida de los principios de la proporción áurea se atribuye al antiguo matemático griego Euclides, quien en su obra "Elementos" describió la división de un segmento en "proporciones extrema y media". Euclides expuso las bases matemáticas de esta relación pero no le atribuyó el valor estético que tiene hoy. Entre los ejemplos prácticos posteriores de esta relación en la antigua Grecia se encuentra el famoso Partenón de Atenas (447-438 a. C.), atribuido a los arquitectos Ictino y Calícrates.

Durante el Renacimiento, el interés por la Proporción Áurea aumentó a medida que artistas y arquitectos como Leonardo da Vinci y Le Corbusier comenzaron a utilizarla activamente en sus obras, esforzándose por lograr la armonía y la perfección de las formas. Leonardo da Vinci exploró la proporción áurea y la aplicó en sus famosas obras, incluidas la "Mona Lisa" y el "Hombre de Vitruvio". Se refirió a la Proporción Áurea como la "Proporción Divina", destacando su profundo significado para el arte y la arquitectura.

Entonces, ¿qué es esta "Proporción Divina"? Es un número irracional, denotado por la letra griega φ (phi), aproximadamente igual a 1,618033988749895. Esta relación surge cuando una línea (u otro objeto) se puede dividir de tal manera que la relación entre el todo y la parte mayor sea igual a la relación entre la parte mayor y la menor.

La conexión entre la secuencia de Fibonacci y la Proporción Áurea se manifiesta en que cuanto más avanzamos en la secuencia, más se acerca la proporción de dos números Fibonacci consecutivos a la Proporción Áurea. Por ejemplo, dividir el número 21 por el número anterior en la secuencia, 13, da aproximadamente 1,615. A medida que aumentan los números en la secuencia, esta proporción se acerca a 1,618, o la "Proporción Divina".

Esta relación se refleja no sólo en las matemáticas sino también en la naturaleza, el arte, la arquitectura y otros campos, donde las proporciones cercanas a la Proporción Áurea se consideran especialmente armoniosas y estéticamente agradables. Sus propiedades únicas y la encarnación de la idea de armonía hacen de la Proporción Áurea un tema eterno de estudio y aplicación.

Usando números de Fibonacci

La estrecha conexión de la secuencia de Fibonacci con la proporción áurea la convierte en una herramienta única para analizar y comprender formas y fenómenos naturales. Los números de Fibonacci se encuentran en muchos aspectos de diversos campos científicos, desde la disposición de las hojas y flores de las plantas hasta las espirales de las galaxias. En música, algunos compositores han estructurado sus obras definiendo la duración de los segmentos melódicos o armónicos con números de Fibonacci.

En biología, estos números explican la disposición de las hojas, ramas e incluso semillas de las flores, lo que ayuda a maximizar la exposición a la luz solar y otros recursos. Por ejemplo, en los girasoles, el número de semillas que giran en una dirección y en la otra a menudo corresponde a números de Fibonacci consecutivos. Al igual que en el problema original de los conejos, esta secuencia puede modelar escenarios realistas de crecimiento demográfico para varias especies biológicas.

En física cuántica, secuencias similares a Fibonacci pueden describir ciertas propiedades de cuasicristales y otras estructuras complejas. La disposición de los átomos en las moléculas de algunos compuestos químicos sigue una secuencia análoga a la de Fibonacci, afectando sus propiedades físicas y químicas. En programación, la secuencia de Fibonacci se usa ampliamente para enseñar algoritmos recursivos e iterativos. Se ha aplicado en algunos modelos de inteligencia artificial para optimizar procesos de aprendizaje y reconocimiento de patrones. También se utiliza en la teoría de la optimización y el desarrollo de algoritmos eficientes, incluso para evaluar la complejidad del problema, optimizar consultas de bases de datos y mejorar el rendimiento del sistema.

Las investigaciones en psicología muestran que las personas utilizan intuitivamente principios similares a la secuencia de Fibonacci cuando toman decisiones en condiciones de incertidumbre, por ejemplo, al evaluar probabilidades. Este fenómeno se ha aplicado en el comercio en los mercados financieros, fusionando las matemáticas y la intuición del mercado, algo que analizaremos en detalle en un artículo aparte.


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